El pasado lunes 16 de mayo de 2022, la delegación Veracruz de SEMARNAT y PROFEPA, colocaron lonas de clausura en los trabajos que se realizaban en el predio ubicado entre la Avenida Europa, prolongación de los Alpes y prolongación Palmas. En dicho lugar, el Grupo Ferche había anunciado hace poco la construcción de un nuevo centro comercial con el nombre de Centro Comercial Imperial las Ánimas, obra planificada en terrenos privados propiedad del corporativo en una clara acción por monopolizar o, por lo menos, por expandir su influencia comercial en la zona de más afluencia económica en la capital de Veracruz.
En dicho espacio comercial, por lo menos se planeaba tener un Selecto Chedraui más y otro café Don Justo, además de, seguramente, poner a disposición otros locales comerciales para renta. La zona de Cumbres es muy conocida por ser una de las de mayor crecimiento comercial en los últimos años, junto con la zona habitacional de Monte Magno y otros fraccionamientos vecinos, mismos, todos, construidos en terrenos que hace décadas eran cafetales y zonas verdes privadas, todas propiedades de la familia Fernández principalmente, siendo Justo Félix Fernández López fundador de la empresa “Café Las Ánimas“, que en los años 90’s tenía sus oficinas en el Km 1.8 de la carretera Xalapa-Veracruz, lugar donde hoy se encuentra la Plaza Ánimas.
Antecedentes
Según se cita en estudios históricos, La casa Fernández, “fue fundada el 13 de enero de 1891, con un capital de $161.90 por Don Justo Fernández González, quien registró la marca de café mana el 20 de febrero de 1905 en los Estados Unidos de Norteamérica ante la United States of American Patent Office”.
La empresa continuó creciendo formalmente desde 1930 y para 1970 ya era una comercializadora de grano de café muy importante, el cual obtenían de sus plantaciones en Coatepec y Xalapa, justamente en la zona que es hoy centro del crecimiento conurbado de las clases media y alta en la capital.
El café, sin embargo, como todo recurso natural, tiende a perder valor ante la competencia y la comercialización a grandes escalas. Empresas como Nestlé consumen desaforadamente el grano sin importar su calidad y lo compran en cualquier país en desarrollo que lo venda barato, incluso sin importar la explotación de quienes lo recolectan. Los granos de calidad, entonces, se comenzaron a vender con menor demanda y a precios cada vez menos competitivos, lo que provocó que, para finales del siglo XX, el kilo de cereza de café se comprara a los recolectores por menos de $1 (un peso mexicano) y se vendiera con dificultad, lo que ha llevado a la hoy permanente crisis cafetalera.
Tener grandes propiedades con hectáreas plenas de espacio sin aprovechar dejó de ser negocio. Los terrenos que hasta fines del siglo pasado eran verdes y estaban repletos de cafetales, vegetación endémica y muchas formas de vida animal, son hoy el espacio donde empresarios, políticos y personas con capacidad de inversión mínima-media, tienen hoy su casa o negocio.
En defensa de la naturaleza
Al rededor del 6 de mayo la asociación Regalemos un Paraizoo A.C. comenzó a denunciar en redes sociales la construcción del polémico Centro Comercial Imperial las Ánimas y el atentado contra la vida vegetal y animal del predio de la empresa FERCHE.
Para el 12 de mayo, Manuel Fernández Ávila, publicaba en su cuenta personal de Facebook que siguen invirtiendo en Xalapa “sin importar envidias y politiqueria”, anunciando así, personalmente, la obra que tienen planeada inaugurar para la semana santa del 2023.
El 14 de mayo, Regalemos un Paraizoo organizó una clausura simbólica de la obra y anunciaba que ya existían denuncias por la falta de estudios y permisos en el “desmonte” del terreno. Rafael Bravo, presidente de la A.C. dijo en redes sociales: “¡No estamos en contra del crecimiento económico y el desarrollo! Claro que lo queremos, pero queremos un desarrollo y crecimiento económico sustentable y sostenible”.
Lo que es claro e innegable, a través de testimonios fotográficos, y tomas aéreas, es la pérdida de espacios habitables del lugar para especies de aves, serpientes, insectos y tlacuaches entre muchos otros, además de la irrecuperable pérdida de vegetación en una ciudad cada vez menos verde.
El 16 de mayo, las autoridades de SEMARNAT y PROFEPA colocaron los sellos de clausura por violación al artículo 170 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, la cual impone, entre otros la clausura temporal “cuando exista riesgo inminente de desequilibrio ecológico, o de daño o deterioro grave a los recursos naturales, casos de contaminación con repercusiones peligrosas para los ecosistemas”. Es decir, que hay sustento según las autoridades, además, según Regalemos un Paraizoo, y gracias a reuniones con el presidente de Xalapa, Ricardo Ahued, la empresa FERCHE solo contaba con un permiso de desmonte, no para retirar árboles.
¿Hasta cuándo? Vida o negocio en Xalapa
Lo que hoy se tiene es una victoria en contra de una de las empresas más poderosas de México, una que ya no solo negocia con el café, sino con combustibles a través de FERCHEGAS, centros comerciales, cines, restaurantes, tiendas de oficina y tienen acciones en Costco y Chedraui. Evitar que continuaran con los trabajos en este terreno es, definitivamente una victoria contra una empresa que priorizó hacer negocio con un espacio extra a la comunidad para realizar gastos y desembolsos económicos, pero ha dejado de lado la calidad de vida, la responsabilidad ante el cambio climático y la escasez de agua en la ciudad capital.
Una victoria, sí, pero pírrica. Ella es, la que se obtiene con enormes bajas y pérdidas en el bando vencedor, de tal modo que, aunque se gana, las pérdidas pueden ser irrecuperables o tarde que temprano, se convierte en una derrota. En este caso, la tala ya fue realizada y no hay garantías de reparación por parte de los responsables.
Y no quiero denostar lo logrado, lo aplaudo y considero que no debe quedarse en ello. Ya que existen antecedentes, no solo esta obra, sino todo trabajo de erradicación de vida, animal o vegetal que se realice en la zona sureste de Xalapa debe ser detenida y los permisos para construcciones o talas de árboles deben ser revisados y puestos al día.
Y, sin embargo, el terreno en cuestión ya fue deforestado, las especies que perdieron su hábitat son muchas y las autoridades federales solo imponen una clausura temporal, sí, temporal. Es decir, que después del pago de una multa, un cheque más que se firma en una semana normal para FERCHE y algunos ajustes técnicos que los lleven a cumplir con la ley, la empresa volverá a construir su plaza. ¿O no? Esperemos que las autoridades hagan su parte de manera justa en este caso.
Una plaza que está en un terreno a 2km y 5 minutos en auto de plaza las Ánimas, a 11 minutos caminando y menos de 900m de plaza Monte Magno, en una zona de 4 km a la redonda que cuenta con al menos 7 centros comerciales de medianos a grandes, sin contar con otras plazas pequeñas y edificios empresariales. Y entre todos ellos, la ocupación de comerciantes está por debajo del 80%.
Xalapa no necesita más centros comerciales, aunque necesita más empleo. La planificación que ha sido suspendida nos dejaría, de realizarse, con dos tiendas prácticamente idénticas con solo 2km de distancia entre ellas. Y, lo peor, es que la situación económica actual de recesión en México y la ciudad evitan que ese porcentaje de locales vacíos que hay en la zona de las Ánimas y Monte Magno se ocupe. La torre Centro Mayor, conocida también como Torre JV, al lado de Plaza Américas está sin ocupar toda su capacidad, aunque están por inaugurar un restaurante o antro en su observatorio. Plaza Ánimas casi no tuvo consideraciones económicas con las empresas que cerraron o trataron de operar durante la pandemia y, para no olvidar, es un centro comercial que ha tenido al menos dos incendios, tres inundaciones y casi un colapso estructural en su edificio en menos de 20 años. Hay sobreoferta de espacios comerciales en la ciudad.
¿Quién mató al comendador?
“Fuente Ovejuna, señor”. Así dice la gente del pueblo Fuente Ovejuna en la obra del mismo nombre, puesta clásica de Lope de Vega, de 1618, cuando en ellas se busca al asesino de un oficial en el pueblo, y donde se cubren las huellas del verdadero criminal asumiendo, todos en el lugar, la responsabilidad por el acto.
Ojalá el corporativo FERCHE pague por este asunto de hallarse en ellos responsabilidad legal, por la deforestación y explotación irregular de un espacio de, quizá, tres hectáreas. Y, sin embargo, no son los únicos responsables de esto.
Sin juicios morales de por medio, había mucho tiempo para actuar y evitar que esta zona tuviera pérdidas notorias en las zonas verdes del lugar.
Para el 2015, el área de Monte Magno ya había sido fraccionada y estaba siendo habitada, plaza Monte Magno, la cual tiene un Café Don Justo, está allí desde 2019. En 2011 Monte Magno era un espacio sin calles ni terrenos definidos. Para inicios del siglo XXI, en 2003, para ser exactos, todo el territorio posterior a la avenida Palmas y el Club Britania eran únicamente una enorme selva verde, en cuya entrada yace desde hace años un busto en honor a Don Justo Fernández.
Va siendo hora de detenernos, ya lo era, hace muchos años, nuestra pequeña parte de este planeta puede ser la gota que evite que se derrame el vaso, literalmente, de nuestros mares y el sistema ecológico entero, el cual dañará sin remedio en menos años de lo que tomó acabar con el sureste de Xalapa.
¿Quién dará vida de vuelta a todo ser que se perdió en menos de un mes en las tres hectáreas que están ahora en clausura temporal? Pero, más aún, y pregunto para que nuestra conciencia actúe a futuro: ¿Quiénes son responsables del enorme ecocidio, irreparable y aún en marcha, que tiene lugar en la zona que se encuentra entre las Ánimas y la zona de la Central de Abastos y que en al menos 20 años acabó con casi 400 hectáreas del bosque de niebla, sus especies, el clima de la ciudad irreparablemente mutado y todo aquello que no volverá, a cambio de casas finas y tiendas relucientes? Hoy perdimos tres hectáreas por las que se ha peleado, pero en 20 años perdimos 400. ¿Quién es responsable? ¿Los gobiernos que lo permitieron, los ciudadanos que compraron, las empresas que fraccionaron sus terrenos, quienes miramos a otro lado? ¿No acaso lo hemos hecho todos? ¿Quién mató al comendador? Fuente Ovejuna, señor.
