A veces me gusta imaginar que mi vida es una serie de televisión que está siendo vista en otro universo, donde las cosas que suceden a mí y a mis personas importantes, han sido serializadas en episodios.
Cada persona que entra a mi vida tiene un papel, más o menos trascendente según qué tanta intimidad y trato desarrollamos; han habido antagonistas, coprotagonistas y personajes que eventualmente aparecen, desaparecen y regresan.
Esto lo he comenzado a imaginar desde que sucedieron dos cambios importantes en mi vida, mismos que ocurrieron casi simultáneamente: cuando comencé mi vida en poliamor y cuando abandoné definitivamente mis creencias religiosas.
Así he ido recopilando, como un juego en mi mente, sucesos dramáticos, cómicos, placenteros e interesantes; dándole un espacio a la gente importante en mi memoria.
Algunas personas que conocen todo esto me han sugerido que lo escriba en libros o cómics; lo que es algo que probablemente desarrolle en algún punto. En tanto, para mí, esto es una manera de recordar y estar consciente de los hechos de mi vida.
El soundtrack
Como cualquier serie, la música es parte esencial de la narrativa y, en este caso, el nombre de esta serie imaginaria nace del título de una canción del grupo japonés Perfume:Dream Fighter.
Esta canción describe en su letra la determinación de alguien que experimenta resilientemente todos los momentos de su vida, incluso aquellos que le hacen llorar, prefiriendo vivir de manera poco convencional y complicada para poder aprender en las dificultades y perfeccionarse con lo que aprende de ellas, porque así es el camino de quien lucha por sus sueños.
De esta canción tomé el lema de la serie y máxima de mi vida: «Las soluciones fáciles no me satisfacen«.
De este modo, cada «temporada» imaginaria tiene al menos un tema principal del grupo Perfume, el cual serviría de opening a cada episodio en su temporada respectiva y, en caso de haber otro tema.
Las canciones que se incluyen en cada lista fueron escuchadas casualmente de fondo durante las situaciones importantes que he vivido o han sido dedicadas de una persona a otra, se encontraban sonando mientras ciertas acciones sucedían o me fueron sugeridas y recomendadas o incluso dedicadas durante situaciones que considero importantes.
Así, la casualidad cotidiana pareciera acompañar la narrativa de esta historia imaginaria que voy trazando con mis recuerdos y que, hasta el momento, cuenta con 16 temporadas en más de 10 años de experiencias.